EL AUTOCONOCIMIENTO UN CAMINO AL AMOR PROPIO
Actualizado: 24 oct 2020
Es de máxima importancia para uno saber quién es y no quién parece ser con todas las máscaras que ha aprendido a ponerse la persona con el fin de ser amado, aceptado y exitoso, sino quién es uno realmente en lo más íntimo.
Desde que somos niños hemos atendido otras voces: de padres, maestros, parientes y personas admiradas y queridas que nos dicen quiénes somos o quiénes debemos de ser”. Atendemos estas voces para poder vivir, y aún para sobrevivir en nuestro entorno. Pero también es necesario conocer quién es el yo verdadero que existe detrás de las máscaras que nos ponemos, actualizar nuestros valores, preferencias, metas, relaciones etc. Algunas máscaras las aceptamos y otras las rechazamos de manera consciente o inconsciente por lo que llega un momento en que no es fácil saber quién es uno realmente.

Tenemos un cuerpo, con sus fortalezas y debilidades, tenemos una psique, con sus impulsos vaivenes e instintos; nacimos con determinado carácter que tiende a ser optimista o pesimista extrovertido o introvertido, a guiarse por el pensamiento o la emoción; tenemos también una personalidad conformada por experiencias de vida y un espíritu que contiene la esencia de la persona y que capacita al ser humano para sobreponerse a las limitaciones del cuerpo, la psique, el carácter y la personalidad. Es gracias al espíritu que la persona puede elegir quién es, y quién quiere llegar a ser, dentro de sus potencialidades.
Somos el total de todos estos componentes. El más importante es el espíritu, la voz que emana de él nos guía hacia el sentido, los logoterapeutas piensan que, en lo más profundo de nuestra dimensión espiritual, hay una voz que nos indica cuáles pueden ser nuestras respuestas con sentido a diferentes situaciones, pero son las barreras, físicas, psicológicas, educacionales, sociales, culturales y la falta de autodescubrimiento que hacen que ignoremos esta voz interna.
Muchas de esas miradas hacia uno mismo, son inesperadas, pueden presentarse en una conversación, cuando escuchamos una conferencia o leemos un libro; en el transcurso de una meditación, o durante una experiencia con la naturaleza o con el arte, pero cuando esto sucede no pasa desapercibido”.
Según la autora Elizabeth Lukas nacemos con ciertas limitaciones genéticas, culturales o físicas pero el área espiritual siempre puede moldearse para poder elegir nuestra actitud, es decir, el área espiritual de la personalidad no está definida y por esta razón se puede decidir ser distinto a lo que somos hasta el día de hoy.
La persona en la logoterapia está definida desde la dimensión noética o dimensión espiritual. Dos personas pueden en efecto tener el mismo carácter, pero no son en ningún modo lo mismo, pues son siempre de una naturaleza distinta, individuos irrepetibles, únicos.
El carácter se “crea”, y por eso corresponde a un tipo psicológico, a una raza, a una mentalidad, a características hereditarias, el carácter se forma por el ambiente en que vivimos. Pero en contraste a ello la persona es un ser “creativo” que provee al carácter de argumentos mediante sus aptitudes, valores, hábitos.
Un dicho favorito de la logoterapia es que “ Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio y es en ese espacio que reside nuestra libertad para decidir si responder o reaccionar.” No sólo la herencia y el medio ambiente constituyen al ser humano, también el ser humano acostumbra dar algo de sí mismo, “el ser humano”, “la persona”, no sólo su carácter. Mientras que la persona logra tomar postura ante el carácter entonces se moldea a sí mismo y por tanto al carácter, una y otra vez, y por esta razón se convierte en personalidad. Es aquí donde reside la posibilidad de cambiar y mejorar.
Los seres humanos con una estructura genética idéntica podrían, bajo condiciones de medio ambiente similares, viajar en absolutamente distintos senderos de la vida, como se sabe gracias a las investigaciones con gemelos, que también dan luz acerca de las características comunes, así como del desarrollo tan distinto tanto de talentos como de experiencias pasadas.
En los seres humanos todo se incorpora lo bueno y lo malo, todo nos compone y no es hasta que nos encontramos en una situación límite que descubrimos un área de nuestra personalidad que hasta entonces no conocíamos.

Cuando avanzamos en el proceso del autoconocimiento, podemos también lograr más respeto, aceptación, control y amor propio. El respeto por uno mismo esta basado en el conocimiento y aceptación de las propias limitaciones o Defectos y cualidades o posibilidades, el autoconocimiento nos conduce al autocontrol y a la autorregulación emocional y de los impulsos, a que logramos postergar ciertas acciones para mejores ocasiones que agradecerá mi yo del futuro, a posponer la satisfacción inmediata y lograr ser capaces de adaptarnos a diferentes situaciones Y retos. Vamos dejar de dejarnos llevar y hacer todo lo que los demás dicen, al conocernos sabemos verdaderamente lo que nos conviene y empezamos a actuar de acuerdo a ello, nos volvemos congruentes en lo que hacemos, decimos y pensamos, somos fieles a nosotros mismos y empezamos a vivir y a dejar vivir por qué apreciamos la paz. El autoconocimiento nos va a dar la oportunidad de conocer tanto nuestros aspectos positivos como negativos de uno mismo, es un proceso como casi todo lo que vale la pena por que nos lleva a ser conscientes de nuestras necesidades, limitaciones, temores y alegrías esto no lo vamos a lograr de la noche a la mañana, este proceso lo iniciamos cuando tomamos conciencia nuestros recursos internos y nuestras debilidades ya que entonces podremos desde la honestidad y aceptación que esto requiere empezar esta transformación interna que se va a prolongar durante toda la vida. El resultado es tan maravilloso que no será fácil regresarnos.
A lo largo de la vida, acumulamos gran cantidad de conocimientos, literatura, historia, informática, viajamos el mundo, pero pocos nos detenemos un momento para profundizar en el conocimiento de nosotros mismos.
Es por esta razón que el autoconocimiento es el paso previo y fundamental para lograr una autoestima desarrollada, el respeto a uno mismo y la autorregulación.
Recuerda que no se puede amar, respetar ni controlar lo que no se conoce, por tanto:
“No puede haber autoestima sin autoconocimiento.”
Andrea Ortiz.